La actividad de la administración de los bienes y recursos que disponemos como sociedad consistente en el control continuo de un mercado mediante la imposición a sus operadores de obligaciones jurídicas proporcionales a propósitos de interés general objetivamente determinadas las cuales pretenden mejorar los niveles de desarrollo, entendido como una mejora del bienestar de las sociedades.
Mediante la regulación se establecen los lineamientos para lograr un escenario de desarrollo sostenible, entendido como la capacidad de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones de satisfacer sus propias necesidades.
El establecimiento de reglas claras para la realización de un proceso, la prestación de un servicio o la producción de un producto permite que los sujetos activos (agentes económicos, empresas, industria, personas morales y físicas) y los consumidores (receptores y beneficiarios) tengan certidumbre sobre cómo se realiza o se ejecuta un producto o proceso.